Para Alba Rando, nacida en Barcelona, el mejor regalo que podía recibir de niña era un gran estuche lleno de pinturas. Le encantaba pasarse las tardes pintando y dibujando con sus lápices de colores. Aunque fue cambiando de aficiones a medida que iba creciendo, su pasión por el arte nunca se desvaneció. Estudió fotografía en el IEFC (Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya) y más tarde se introdujo en la serigrafía, explorando otras disciplinas como la cerámica y la joyería artesanal. Finalmente, encontró su camino en la pintura y la ilustración.

Con su naturaleza curiosa, observadora y emocional, Alba utiliza el arte para sumergirse en la experiencia humana, capturando sentimientos íntimos, pensamientos y diálogos interiores. A través del arte figurativo, dota a sus personajes de una personalidad genuina reflejando en sus obras situaciones cotidianas y relaciones personales. Tanto si se trata de pintura al óleo como de ilustraciones en tinta y acuarela, toda su obra se define por una cuidadosa atención al detalle, una profunda sensibilidad y una búsqueda incesante de la verdad.