Margot
Óleo sobre papel, 24 x 18 cm.
Una luz brillante ilumina el rostro pálido de Margot, que permanece en la sombra, pensativa y melancólica. Su mirada se dirige hacia la parte inferior derecha, lo que sugiere que está inmersa en sus recuerdos. Su piel, delicada y nacarada, me recuerda a una perla, por eso titulé la obra Margot.
Es un retrato lleno de dramatismo y sensibilidad. Habla de pesar, pero también de belleza y esperanza, ya que la luz vence a la oscuridad.